Los verdaderos dueños y dueñas del territorio Quilombola de Santa Rosa dos Pretos han estado aquí desde mucho antes del siglo 18, cuando llegaron los primeros blancos de Irlanda para saquear las tierras pertenecientes a los pueblos originarios.
El tiempo ha pasado, la esclavitud formal ha terminado – pero no la esclavitud real y ni el racismo – y sobrevivimos y nos perpetuamos gracias a nuestra relación profunda de protección y respeto por la tierra, las aguas por los los espíritus encantados, que son sus verdaderos dueños.
Espíritus del bosque, aguas, animales, tiempo y espacio: los vodunes y encantados son los verdaderos dueños de Santa Rosa dos Pretos.
Su propiedad legítima reside en el hecho de que son estos espíritus los que crean, habitan, renuevan y mantienen estos espacios y seres desde los principios y para siempre. Ellos no nos necesitan, pero nosotros necesitamos de ellos.
Ellos no habitan nuestro espacio humano; somos nosotros quienes por generosidad de ellos se nos permite ser parte de su mundo espiritual.
Los dueños de Santa Rosa dos Pretos poseen todo lo que es vida, y lo seguirán siendo dueños cuando el último documento de propiedad blanco se pudra y se pierda en el olvido del tiempo.
La ideología blanca nace muerta.
El mundo del quilombola negro es la vida.
Por Zica Pires